 Ambigua declaración de un astronauta
"Nunca conoceremos la verdadera respuesta", dijo el antiguo astronauta y senador de los Estados Unidos John Glenn en una telecomedia recientemente emitida: "Aún así, vimos cosas allá fuera, cosas extrañas..."
La nutrida audiencia de un programa que ocupa el horario estelar de la televisión estadounidense pudo contemplar a Glenn en una situación ficticia en la que desnudaba su alma ante los micrófonos de un programa radiofónico sin saber que estaba siendo grabado: "Sabemos perfectamente lo que vimos allí fuera, pero no podemos contar nada". Glenn se refirió a otra conocida emisión radiofónica, la dramatización que en 1938 se hizo de la novela de H. G. Wells La Guerra de los mundos, que causó un verdadero ataque de pánico colectivo en los Estados Unidos cuando miles de oyentes creyeron realmente que la Tierra estaba bajo un ataque alienígena. La reacción del público ante la magnífica emisión del Orson Welles Mercury Theater es citada con demasiada frecuencia como la razón por la que la presencia alienígena en nuestro planeta no puede ser dada a conocer públicamente. Dependiendo de las estadísticas que se citen en cada momento, el 50% o más del público norteamericano cree en la posibilidad de que existan ovnis o inteligencias extraterrestres actuando en nuestro planeta.
El antiguo astronauta hizo su primer viaje fuera de nuestro planeta a bordo de un cohete lleno hasta los topes de combustible altamente volátil, un aparato muy alejado de la concepción popular de lo que debe ser una nave espacial. La cápsula contenía tal cantidad de instrumental científico que el tripulante se veía confinado en un estrecho habitáculo con tan poco espacio como el que tendría en una bañera. Tras haber completado con éxito su histórica misión de tres órbitas alrededor de la Tierra el 20 de febrero de 1962, Glenn se vio obligado a pilotar manualmente su módulo Friendship 7 durante la maniobra de reentrada en la atmósfera cuando falló el piloto automático. El control de la misión había tomado la inusual precaución de equipar a la cápsula con retrocohetes en previsión de que el blindaje térmico de la nave resultase dañado en el descenso.
Las posturas de los ex astronautas sobre los ovnis no pueden ser más contradictorias. Mientras que unos defienden que existe un encubrimiento oficial por parte de la agencia, otros se abstienen de declarar al respecto u opinan que se trata de una mera paranoia: "Durante la década que preste mis servicios en el cuerpo de astronautas de la NASA, ni yo, ni ninguno de mis compañeros fuimos adoctrinados sobre lo que tendríamos que hacer o que decir en el caso de avistar un ovni en el transcurso de una misión", escribió Gordon Cooper en su autobiografía, que llevaba por título Leap of | |
