ANIMALES IMPOSIBLES III LA BESTIA DE ELMENDORF
¿A que suena muy al Señor de los Anillos? Sólo le falta un orco, un elfo y un enano para tener el cuadro completo. Lo que tenemos es una variante descafeinada del chupacabras, que según los testigos, atacaba ganado en un pueblo del Sur de Texas hasta que un granjero le dio caza y lo exhibió a los medios de comunicación. En 2004 se consolidó la figura de esta especie de perro sin pelaje que dejó muy “sorprendidos” a los amantes del misterio, que rápidamente se lanzaron a predicar el origen extraterrestre o paranormal del animalito. Tampoco es que se trate de un ser especialmente horripilante o con características insólitas, simplemente se observa un ejemplar de algo parecido a un perro sin pelo.
Una vez analizados los restos de ADN por la universidad estatal, la Texas State University, campus de San Marcos, en su Departamento de Biología, y cuyos estudios facilitó el profesor de biología Dr. Michael Forstner, que a fines de ese año fue nombrado jefe de genética de dicha universidad, se determinó que el animal no era mas que una especie de coyote con sarna (y por eso la caída del pelo) y con algunas deformidades en el cuerpo.
Desmontado el cuento del chupacabras venido a menos, la señora Phylis no pudo resistir la tentación, en el año 2007, de tratar de sacudir nuevamente el árbol de los misterios a ver si caía algo. Se encontró el cuerpo de otro animal “sorprendente” y se lo llevó a casa, para meterlo en el congelador (¿se va notando la intención?). Luego de declarar lo extraño de la criatura, se dedicó a vender camisetas sobre el simpático bichito (consiguió colocar 10.000 de ellas). Se la bautizó como la bestia de Dewitt, para darle un aire más enigmático pero de nuevo, la ciencia acudió en auxilio de la cordura y tras los preceptivos análisis de ADN se determinó que no era mas que un típico coyote tejano con tiña (caída del pelo).
Además, según declaró la avispada anciana, el animal fue atropellado en la carretera y sin embargo, un naturalista experto afirmó que la fractura de pata delantera que exhibe el ejemplar es una muestra muy clara de una típica trampa para mamíferos. Todas las evidencias abrumaron tanto a la anciana que finalmente tuvo que reconocer que ella nunca dijo que se tratara de un animal extraterrestre sino que podría haber sido extraterrestre. Qué lista.